lunes, 25 de enero de 2016

SEMÁFORO

EMPRENDEDURISMO
 
Exal Baltazar Juan Avila/APyPM

VERDE.
En nuestros días es común elegir el autoempleo, está de moda ser emprendedor y si tu elección respecto a la situación económica actual fue esa, te toca elegir el medio para hacer dinero y el abanico de elecciones es enorme, incluso el trabajo desde casa tiene muchas formas, desde las convencionales ventas por catálogo, un anuncio de hielo y helados, hasta modernos métodos con uso de tecnología, tal es caso de bloggers y youtubers, esos creativos, pacientes, llenos de tiempo y divertidos jóvenes con un cargo capaz de llenar sus bolsillos y sus propias expectativas de la vida.
Ser tu propio jefe, el sueño de control absoluto de tu tiempo, ingresos, sin alguien dándote ordenes suena magnífico. Ahora se debe aterrizar la idea, pedir cotizaciones, escoger (y pagar de ser necesario) el lugar o dominio para colocar nuestro negocio, tomando en cuenta el público al cual se dirige nuestra empresa.

AMARILLO.
Dadas las circunstancias económicas en nuestro país, muchos hombres y mujeres pueden convertirse en desempleados; los motivos son diversos: recorte de personal, no diste la talla, llegó alguien mejor para el puesto, cerraron la empresa o tu lugar de trabajo, la secretaria te odia, etcétera, al final te quedaste sin trabajo y tienes cuatro opciones: conseguir pronto un nuevo empleo, auto-emplearte, convertirte en parásito/mantenido o ser un desempleado cuya situación será de calle muy pronto. Dadas las circunstancias. Hay quienes se ven en la NECESIDAD de autoemplearse.
Sin embargo; Roma no se fundó de la noche a la mañana, así no puedes esperar convertirte en el nuevo Sanborns huacalero para fin de mes, ni siquiera puedes asegurar una paga decente para el fin de semana.
Se requiere una inversión monetaria. Si en tu ocupación anterior no te liquidaron y tampoco cuentas con algún ahorro, es hora de buscar fuentes de ingreso o abortar la misión.
Si bien lo más rápido es el emprendedurismo, corremos muchos riesgos con ello y en función al tipo de negocio de nuestro interés se encuentra el plazo para percibir los beneficios, muchos consideran ganancia a los recursos diarios pero nada más lejos de la realidad, para obtener los frutos apropiados es obligatorio dedicarse a la constante inversión, sin ocupar rendimientos, de este modo podremos ver nuestra pequeña empresa creciendo constantemente, de lo contrario nos estancaremos con los mismos productos/servicios; lo mismo ocurre con los consumidores y a la larga prefieren buscar otras opciones con mayor variedad, propiedad de emprendedores capaces de innovar y solventar un comercio absteniéndose de realizar gastos innecesarios.
Retomando el punto de desempleo, el autoempleo se vuelve un modo de vida, así no es posible mantener intactas las retribuciones y en considerables ocasiones incluso el saldo para inversión tiende a ser utilizado en gastos fuera de la empresa pues las enfermedades están a la orden del día. Además si lucras con alimentos, es inevitable comer de tu oficio y si en algún momento ocurre una crisis, un percance y no hay más dinero, consumes las utilidades y la inversión, en sentido figurado, por supuesto. Así una empresa no sobrevive sin nuestra capacidad de ahorrar e invertir, aunado a ello encontramos un hecho de suma importancia: la espera. Por lo regular los resultados se ven a mediano o largo plazo pero al encontrarnos carentes de otro sustento, debemos disponer de dinero en iso facto.
Las tres claves para lograr el éxito en un negocio/empresa son la visión, paciencia y perseverancia. Si te falta una de ellas, estás perdido en lo profundo del averno.
ROJO.
Como ya mencioné, mantener los ingresos en constante inversión es fundamental para el sano crecimiento de la empresa; pero a menudo carecemos de la paciencia necesaria para lograrlo y tendemos a caer en tentación bajo distintas razones, llámese “para esto trabajo”, “los niños lo necesitan”, “es cuestión de vida o muerte”. No me refiero con ello a tratar con frialdad las circunstancias de la vida, si no a ser conscientes de los riesgos de iniciar un negocio.
Parte del peligro en la consolidación de una empresa es la falta de empatía con los clientes, es decir, todos somos individuos y bien se dice “cada cabeza es un mundo”, no podemos esperar una reacción idéntica a la nuestra ante un producto por parte del público, bien puede gustarles tu novedad como puede resultar vulgar y desagradable. He ahí la necesidad de realizar una exploración de mercado apropiada y estar abierto a las críticas, pero muchos poseemos el orgullo del tamaño del edificio Génopa y nos resulta absurdo considerar la idea del rechazo de nuestro pensamiento, gusto o deseo. Como si pretendiéramos vender donas achocolatadas con glaseado de nuez a los diabéticos, es algo dentro de nuestros deleites pero los diabéticos no deben consumirlas.
Además, cuantiosos ciudadanos caen en el emprendedurismo al creer erróneamente que será la respuesta a todos sus problemas, saldrán de sus deudas, no necesitarán cumplir con un horario, serán poseedores de todo el capital y podrán usarlo libremente en cada uno de esos lujos soñados, no habrá actividad desagradable al tratarse de su propia empresa y no hay nada más lejos de la realidad. En primera instancia, si tienes encima a los acreedores, la puesta en marcha de nuestro proyecto puede afectar para bien o para mal nuestro compromiso, las ganancias no serán objeto de inversión, si no de pago y en un momento dado si ocurre un desliz y no se genera el dinero necesario, también haremos uso de la inversión y poco a poco se acabará el sueño. Es forzoso invertir mucho tiempo y esfuerzo, en especial cuando recién arrancamos, como ejemplo, si pretendemos vender libros y revistas cerca de una escuela y cerramos el local justo en el horario de entrada-salida de los estudiantes, entonces nuestros prospectos de clientela no podrán apreciar nuestros productos debido al tiempo, les será poco probable acudir en un horario anterior o posterior a su salida o entrada en caso de turnos vespertinos y así bajarán nuestras ventas.
Será necesaria publicidad, planeación, supervisar cada detalle del producto o servicio, división adecuada del trabajo y en muchos casos volvernos multitareas dada la dificultad de contratar personal cuando el negocio aún no está consolidado. Asimismo que refiere mayor responsabilidad, pues al ser nuestra idea y administración somos los únicos responsables de cada fallo. No existe una garantí de éxito, sin importar el rubro, cada uno es susceptible de percances, malos tratos, poca aceptación y por supuesto, bancarrota.

Denuncias y comentarios: periodistaexal2015@hotmail.com  Cel. y Wts. 962 10 80 934
Tapachula, Chiapas, México; 25012016

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