viernes, 1 de enero de 2016

SEMÁFORO

“OSEA”
 
Exal Baltazar Juan Avila/APyPM

VERDE.
Tapachula se acerca al arte, con el crecimiento de la población y el fácil acceso a las tecnologías ha crecido también nuestra apreciación por las bellas artes, la danza en lo particular, rasgo notorio, predecible dadas las características de nuestra ciudad, pachanguera  a escasa media hora de la playa, con ese ritmo tropical particular. La danza supo atacarnos cadenciosamente con su ritmo cubano fusionado al ballet y abrirle paso a lo clásico a través de ello con esfuerzo y trabajo duro, enseñándonos a apreciar el arte en los movimientos, sin embargo; más allá de los recitales de ballet hay algo abriéndose paso como la tortuga de la fábula: lenta pero segura. Ese algo es la música propiamente dicha, con métrica, melodía, ritmo, arte puro y clásico, expresión máxima de sus intérpretes.
Resulta curioso ver en las preparatorias a los profesores preguntar los pasatiempos del alumnado y la forma decidida usada por ellos para responder: “escuchar música”, con esto aunado al tiempo como factor detonante de nuestra personalidad, son más quienes se suman a las filas de la práctica de instrumentos y la vocalización, esto gracias a las actividades culturales, requisito indispensable en la carga académica, teniendo como resultado rondallas y grupos de marimbistas.
No obstante, existen personas preocupadas por dar una mayor formación musical a nuestra población juvenil y del mismo modo, presentarle a la población una forma de amar el arte clásico y ojo, no me refiero a las universidades y academias de música. Hablo de orquestas, como la tristemente extinta “Ti-ti-tá” o la beligerante OSEA (Orquesta Sinfónica Esperanza Azteca).
En las filas de esta Orquesta se encuentran maestros altamente comprometidos con los nuevos artistas, pupilos de entre 6 y 18 años con verdadera pasión por sus voces o instrumentos en constante aprendizaje para los diversos conciertos en los suscitados, siendo aproximadamente cien jóvenes distribuidos en variados instrumentos, en los cuales predomina el violín, sin existir exigencias o condicionantes respecto a la marca o lugar de compra de su instrumento musical.

Tal es el caso de su actual Caravana Navideña, una pequeña gira por las ciudades de Mazatán, Motozintla, Cacahoatán y Tapachula, la cual pretende llevar villancicos, un poco de danzón y música mexicana a un nivel más profesional.
AMARILLO.
Nos platica “N”, un muchacho perteneciente a la orquesta en cuestión (quien ha preferido mantener su modestia y permanecer en el anonimato), la satisfacción experimentada por  pertenecer a OSEA, como su pasatiempo favorito, su emoción por participar en la Caravana Navideña para la cual asisten con viáticos sufragados por la orquesta, pero no todo es color rosa.
Pertenecer a OSEA requiere disciplina y constancia, verdaderos deseos de aprender y desarrollarse como músicos. De este modo, para ingresar cada aspirante debe presentarse a una audición y deben poseer un instrumento propio, para lo cual no es indispensable tener conocimientos en un grado específico del instrumento en cuestión. Cumplen con un horario determinado (4pm a 8pm) y se les exhorta con renuencia a no faltar a las prácticas. Si bien se procura no interferir con los estudios convencionales de cada uno, no siempre es posible, como en la Caravana Navideña, tratándose de un viaje con duración de un fin de semana completo.
Actualmente la OSEA ocupa en su único horario las instalaciones del Colegio Miguel Hidalgo para la realización de ensayos y conciertos; como es de esperarse y dad la situación financiera de nuestro país, se requiere una cuota de recuperación correspondiente a cien pesos mensuales por alumno, un precio justo por la buena enseñanza recibida por parte de profesionales provenientes de distintas partes del país.
Se puede apreciar en la composición de la misma, una preferencia por el violín y el canto en nuestra población, me atrevo a hacer mención de este hecho en base a lo observado en un concierto pasado, aproximadamente la mitad de los integrantes son violinistas o vocalistas.
ROJO.
“N”, cuya edad pronto no le permitirá continuar en OSEA (no se permiten alumnos mayores de 18 años), comenta como su interés por tomar una carrera universitaria en música se vio frustrado debido a la falta de “escuelas buenas” en nuestra ciudad pues su solvencia económica le impide estudiar lejos de casa pese al vínculo formado con cierta universidad en Puebla, a través de OSEA. Con resignación nos platica que una vez se vea en la necesidad de dejar la orquesta dados los lineamientos de la misma, deberá conformarse con las actividades culturales en música propias de la Universidad en cuyo campus estudia.
Así mismo nos platica como la Orquesta carece de la publicidad suficiente, como muestra, su fan page lleva más de un año sin actualizarse y el único medio de informarse sobre ella y sus actividades es preguntando con los profesores o de parte de los miembros de la misma, los cuales de un tiempo hacia acá se han reducido drásticamente en aproximadamente la mitad de integrantes (Estando formada anteriormente por aproximadamente doscientos intérpretes). Si bien es un arte de fácil aprobación el ejecutado, a veces existe cierto descontento con respecto a la mala organización durante ciertos eventos, en palabras de “N”: “Te asignan un cuarto y luego te andan cambiando a otro o que vas en un autobús y luego te dicen que no vas a ir en este que vas a ir en el otro.”

Denuncias y comentarios: periodistaexal2015@hotmail.com  Cel. y Wts. 962 10 80 934
Tapachula, Chiapas, México;

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