lunes, 28 de diciembre de 2015

COLUMNA POLITICA

PROPÓSITOS VS. REALIDADADES

Exal Baltazar Juan Avila/APyPM

VERDE
El siguiente tema de Priscila Villalobos, joven promesa periodística; nos invita hacer una reflexión sobre el fin de año 2015 y el inicio de uno nuevo (2016).
“Una vez al año las personas se tragan doce uvas como si fueran las últimas de la ciudad mientras miran el reloj ansiosamente (la parte fea son las semillas), se abrazan, envían mensajes con sus buenos deseos. Del mismo modo, escriben listas (imaginarias o plasmadas realmente) con sus propósitos, pueden ser tres o hasta veinte, cada uno decidirá.
Es admirable al final del año ver cuánto de eso hemos logrado, el camino recorrido para el éxito, los amigos ganados y perdidos en ello, las lágrimas y el sudor, ese momento de desesperación cuyo final era casi invisible, 365 días de trabajo (aun cuando supuestamente hay vacaciones). Y también resulta interesante la lista para el próximo año. Uno de los primeros es bajar de peso (a toda costa, dicen algunos) y en estos días como se pone de moda eso de “cerrar el ciclo”, pues  forma parte, igual el auto, un mejor puesto de trabajo, continuar los estudios, hacer ejercicio (debería estar ligado a bajar de peso, pero no es así), cambiar de look, ambiente, en fin, la lista de posibilidades es enorme, le gana al edificio Génopa.
Al ver los niños a los mayores haciendo su lista o hablando al respecto, sienten curiosidad y acostumbramos explicarles el asunto, así ellos también hacen la suya, arrancándonos sonrisas o miradas sorprendidas; se trata de esas adorables criaturas con la intención de cuidar más a la mascota, jugar más a los videojuegos, comer más dulces, hacer amigos, y algunas crueldades infantiles como mandar al hermano con la abuela, quedarse con todos los dulces de la piñata y otras cuestiones risoria, tratándose de una edad propia para ello.
AMARILLO.
A muchos, cuando comienzan a tomar la responsabilidad de su vida y actos, se les enseña a no incluir en la lista cosas de las que no saben si podrán cumplir, o bien los “imposibles”. Cosa curiosa pues entonces lo aprendido es la evasión, sí, la evasión de las responsabilidades. ¿Evitar proponernos o prometer algo sin saber si está dentro de nuestras posibilidades? Hay grados, claro está, pero esa limitación nos induce a la mediocridad, todo depende de uno mismo, es como decirlo: “no te propongas pasar matemáticas, este año reprobaste, al otro son más cosas y se agregan otras nuevas, no sabes si podrás pasarlo.” ¿Están seguros de hacer eso? ¿Y si mejor los inducimos a lograr sus propósitos? No solo alentarlos, ayudarles,  apoyarlos realmente, mostrarle el camino quizá, regresarlos a el de ser necesario. Podría levantar su autoestima, expandir sus horizontes, crear una nueva generación de líderes, hombres y mujeres exitosos, porfiados y decididos con metas fijas, las cuales jamás verán inalcanzables, como no fue imposible pasar una materia.
ROJO.
No solo los jóvenes y niños son susceptibles a ésta clase de listas, también nosotros como adultos “responsables”. La verdad no duele pero incomoda, evitamos ciertas cosas en la lista, son cosas dentro de nuestras posibilidades, sí y solo sí en verdad nos interesa y ponemos de nuestra parte; pintar la casa es una de ellas (¿Quién sabe si habrá dinero? Pero podríamos buscar la forma de lograr tener la cantidad necesaria para cumplir un propósito así, más allá del sueldo talvez); pero nos limitamos a ver nuestras “capacidades” sin abrirnos camino para dar paso a cosas nuevas y mejores, como ser más ecológicos. Esto último nos daría un mundo muy interesante, si somos ecologistas, en teoría, habrá menos basura en las calles, el mercado apestara menos (no comemos en el baño, es antihigiénico y apesta, lo mismo respecta al bote de basura, pero ensuciamos el lugar donde se venden nuestros alimentos y no nos importa, tampoco a los vendedores), los parques se verán mejor, habrá más espacios para jugar, el agua vendrá menos sucia y demás.. Imagine, lector, si separa la basura en orgánicos, inorgánicos, cartón y papel, aluminio, PET y vidrio, entonces se puede reducir, reciclar y reutilizar. Reducimos la cantidad desechos en nuestra comunidad, parte de nuestra basura orgánica puede ser utilizada en una composta para el jardín, el cartón, papel, PET y aluminio se pueden vender a las distintas recuperadoras de nuestra ciudad, contribuiríamos a la ecología y además obtenemos un ingreso extra, para cualquier cosa necesaria o no. Es un propósito posible no incluido en las listas.
Es más triste cuando hay proyectos en la lista a nuestro alcance pero no hacemos nada para lograrlos, sin embargo; lo pusimos en la enumeración y a fin de año nos preguntamos los motivos por los cuales no se pudo, tal es el caso de bajar de peso pues pretendemos lograrlo sin dieta ni ejercicio o sin suplementos alimenticios, en el peor de los casos.  Se trata de una lista de propósitos, no de milagros.
Y vendrán cosas peores… no conozco a una sola persona capaz de proponerse ser menos tranza, políticos con la intención de bajarse el sueldo o la compensación para ayudar a los compatriotas. Maestros dispuestos a evitar huelgas y paros en pro de la educación, a prepararse mejor para ofrecer verdadera calidad educativa y ser merecedores del respeto esperado; burócratas o funcionarios con el objetivo de realmente hacer el trabajo por el cual reciben un salario digno. Jefes proyectados a ser líderes, por el bien de todos, no solo de su empresa y bolsillo; con el verdadero deseo de ayudar a sus subordinados a ser mejores cada día, para así entre todos hacer posible el sueño de subir el sueldo y el aguinaldo para todos, regresar a los tiempos pasados, donde el presupuesto daba para llevar un pavo a casa… y lo mandaban los jefes. Tampoco he sabido de alguien cuyo propósito sea ayudar a quienes más lo necesitan, pues la vida da mil vueltas y el día de mañana puede que nadie nos apoye a nosotros… o a nuestros hijos.”

Denuncias y comentarios: periodistaexal2015@hotmail.com  Cel. y Wts. 962 10 80 934

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